El significado de la traición es una poderosa reflexión sobre la traición que se inicia con dos personajes singulares, William Joyce y John Amery, que desde la Alemania de Hitler se convirtieron en colaboracionistas y voceros radiofónicos del régimen nazi. A partir de ellos, West describe de manera fascinante sus vidas, su integración en el fascio británico y, con ello, el mundo del fascismo inglés a través de una serie de personajes a cual más interesante y mejor descrito y que, en conjunto, ofrecen una visión extraordinariamente atractiva del origen de este movimiento y, a partir de lo cual, plantea con admirable penetración el problema de la traición y sus implicaciones éticas. De la Segunda Guerra Mundial pasa a los años posteriores, al cambio de tipología del traidor, que ahora se centra más en protagonistas de otra índole (universitarios e intelectuales comprometidos con la ideología comunista, analizados a partir de los casos del científico Allan Nunn y de Klaus Emil Fuchs). De un totalitarismo a otro, del nazismo al comunismo soviético, el libro se convierte también en una historia del espionaje soviético durante la guerra fría que llega hasta los conocidos Guy Burgess, Kim Philby y MacLean e incluso alcanza al famoso caso Profumo, el ministro de la Guerra inglés cuya turbia relación con la joven Christine Keeler le costó el cargo.
El libro destaca además por su excelente escritura. La capacidad de descripción de West, tanto en la novela (ese mundo caduco y cerrado de los Diakonov) como en el relato histórico del fascismo británico y el espionaje comunista, es realmente admirable; su elección de los detalles que componen cada cuadro del escenario del drama, sea en lo concerniente a los personajes como al ambiente en que se mueven e incluso a la decoración de los espacios utilizados como elemento dramático, revelan a una autora de verdadero mérito. Además, posee un estilo en el que predominan la elegancia de la dicción y la elocuencia con que la utiliza.
La novela es de lectura lenta, reflexiva y está tan plagada de razonamientos como carente de acción, por lo que a algunos lectores no especialmente interesados en ese mundo que enfrenta terrorismo y autoritarismo se sentirán defraudados. La interminable conversación en el tren, por ejemplo, muestra a la perfección cómo los extremismos son dos caras de una misma moneda y ese es un valor literario de primera importancia. Todo depende, pues, de lo que uno exija a un texto que, en todo caso, está cargado de inteligencia. El ensayo histórico, por el contrario, posee una fascinante agilidad, fruto del equilibrio entre su dinámica interna y la inteligente y vigorosa exposición de que hace gala su autora. El significado de la traición es, a mi modo de ver, un libro capital para entender, a través de la Historia, la compleja relación del alma humana con sus propias contradicciones y deseos en un mundo donde la traición también se erige en protagonista y su ambigüedad y complejidad obligan a una ineludible reflexión moral
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