Los pájaros también cantan en el infierno, de Horace Greasley
Jim Greasley es un joven soldado británico confinado en un campo de prisioneros de los alemanes en Silesia, durante la Segunda Guerra Mundial. Jim está decidido a sobrevivir a las crueldades y a la degradación a la que le someten sus captores. Pero además se ha enamorado.
Su obsesión por Rosa, una joven intérprete que trabaja en el campo, hará que ponga en riesgo su vida una y otra vez. Una obsesión sólo comparable con su empeño de luchar precisamente contra la patria de la mujer a la que ama y, al mismo tiempo, salvar a sus compañeros de desgracia.
“Los pájaros también cantan en el infierno” es una historia real, relatada como la más apasionante de las novelas. Una historia sobre el bien y el mal, sobre el deseo y la esperanza, sobre el heroísmo y el poder del amor.
Una historia apasionante, que se lee de un tirón. El lector experimentará por momentos las sensaciones de euforia de “La gran evasión”, la dignidad en los prisioneros que transmitía “El puente sobre el río Kwai”, la desgarradora ternura de “El niño con el pijama de rayas” y como no, una historia de amor con la fuerza de “Los puentes de Madison”. Los derechos cinematográficos han sido adquiridos por el director británico Reg Traviss.
«Una historia espléndida, apasionante y de trama impecable.»
Horace «Jim» Greasley (1918-2010) fue uno de los primeros jóvenes británicos que se unieron a las filas durante la Segunda Guerra Mundial. Hecho prisionero en 1940, permaneció durante cinco años en distintos campos hasta su liberación en 1945. Emigró a España, y a los 89 años cumplió el deseo de su vida: contar en un libro su extraordinaria experiencia, con ayuda del escritor Ken Scott.
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