domingo, 15 de mayo de 2011

EL OGRO - DER UNHOLD












Abel Tiffauges es un hombre ingenuo e introvertido que se identifica mucho más con los niños que con los adultos. Siempre se consideró un ser prodigioso y fatídico, incluso de niño. Aunque creció sin padres y sin cariño en un internado francés durante los años 20, siempre, desde su más temprana edad, estuvo convencido de que le esperaba un gran destino. Años más tarde, Abel vive como mecánico en las afueras de París. Sólo se relaciona con niños, animales y unos cuantos marginados. Sospechoso de un intento de agresión sexual a una niña, el destino vuelve a hacerse cargo de él: el inicio de la Segunda Guerra Mundial le salva de la cárcel. Debe servir a su país y se ve obligado a marchar al frente siendo hecho prisionero por los nazis. Como prisionero de guerra es conducido al este de Prusia. Seducido por el poder y la estética nazi, vive su condena como una liberación, mientras que para los demás prisioneros aquello es un exilio trágico. El Mariscal de Campo Hermann Göring le incorpora a su pabellón de caza. Abel lo acompaña a la caza del ciervo, del jabalí y el alce, hasta que la batalla de Stalingrado acaba con la fastuosa vida de Göring en el este. Pero para Abel no es más que una etapa en la realización de su extraordinario destino, la Ciudadela de Kaltenborn, donde 400 alumnos, entre 12 y 16 años, son entrenados para formar parte de la futura élite del Reich. Abel cuida de los jóvenes, de sus días y de sus noches, les ayuda en sus temerarios ejercicios y en sus entrenamientos con los cañones antiaéreos y los bazookas. De sus excursiones a las aisladas aldeas, Abel trae niños a la escuela de élite. El, al que los niños aman, los captura para el castillo como un ogro. Un día, Abel tropieza con un pequeño judío escapado de un campo de concentración y lo lleva al castillo

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