lunes, 23 de mayo de 2011

EL PARAISO DE HAFNER








Paul Maria Hafner es un antiguo oficial de las SS, fanático irredento del nazismo, de Hitler, de Leon Degrelle y de Blas Piñar, su paraíso es Madrid donde ha vivido durante años. Trabajó en Dachau, piensa que Hitler es la persona más razonable que jamás ha existido, se considera franquista, guarda un retrato enmarcado de Esperanza Aguirre y acude a reuniones en los locales de Fuerza Nueva y con otros alemanes, entre ellos, un aviador que cuenta orgulloso cómo participó en el bombardeo de Guernica.
Se dice inventor de la yogurtera y ha mantenido durante años un criadero de cerdos donde practica la selección e hibridación de los animales.
Increíble documental.
Un documental 'caza' a un oficial de las SS en Madrid
Paul Hafner es probablemente el único exoficial nazi dispuesto a desvelar ante una cámara que cada 20 de abril celebra con un grupo de amigos el cumpleaños de Adolf Hitler. Y eso ocurre en España. Günter Schwaiger, comprometido documentalista austriaco, siguió la pista de antiguos miembros de las SS hasta que descubrió a un abuelo de 84 años, en apariencia afable, cuyo fanatismo por el Tercer Reich sigue intacto desde que en 1945 se alistó en las temidas unidades de exterminio.
Hafner, que tiene una foto de Esperanza Aguirre enmarcada en su casa, llegó a España tras cumplir dos años de condena en Alemania al finalizar la segunda guerra mundial. En Madrid, donde se casó y tuvo hijos, prosperó al inventar una yogurtera, con la que ganaba "un millón de pesetas al mes". También se enriqueció criando cerdos procedentes de Alemania, hasta que la peste porcina rompió con su buena racha en "ese paraíso terrenal" que, para él, es España. De ahí el título de esta película que evidencia la estrecha relación que mantenía el franquismo con los militares nazis que huían de la Alemania democrática.
El paraíso de Hafner llega hoy a las salas precedida del premio al mejor documental en Valladolid, y de un alud de peticiones de otros certámenes, entre ellos Jerusalem Jewish Film Festival y el que Varsovia dedica a los derechos humanos. Schwaiger tuvo dudas. No sabía si sería capaz de soportar los argumentos de un exoficial con cargo en el campo de Dachau que se cita con Blas Piñar, y alza el brazo con la misma facilidad que niega el Holocausto. El brigadista Hans Landauer permaneció preso cuatro años. La película los reúne. "Una situación inédita: víctima y verdugo, juntos 60 años más tarde. En ese instante, la tragedia de Hafner se evidencia. Mientras se burla del dolor vivido por Hans, éste se mantiene sereno, imponiendo su superioridad moral", argumenta Schwaiger

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