En el año 1933, un amigo lo lleva al Santuario de Schoenstatt, a los ejercicios espirituales. La experiencia lo marca para toda la vida, y decide su vocación de sacerdote. Pero minutos más tarde, es visitado por la Gestapo, policía secreta nazi, en 1938, quienes le confiscan su diario personal, bajo sospecha de sedición contra el Führer
En 1938, el Padre Leisner se unió al Movimiento Apostólico de Schoenstatt.
Es ordenado Diácono en febrero de 1939. Enferma de tuberculosis, mal que causaría su posterior deceso, por lo que no puede dedicarse a la dirección espiritual de jóvenes, el gran anhelo de toda su vida. Esto le causa en su ser, un inmenso dolor, entonces decide entregarse a María.
A fines de ese año, el Padre Leisner es tomado prisionero por los soldados nazis y más tarde enviado al campo de concentración de Dachau por "constituir una amenaza para la vida del Führer y por las razones de seguridad pública", en donde es sometido a trabajos forzados y torturado salvajemente por los soldados nazis.
En marzo de 1941, Leisner se enferma gravemente de los pulmones por las privaciones en el campo de concentración y ofrece su vida a Cristo, y en 1944, es ordenado sacerdote dentro del mismo campo de concentración, sin el conocimiento de los soldados alemanes.
El Padre Leisner murió de tuberculosis en Planneg, Baviera, el 12 de agosto de 1945, a la edad de 30 años, y fue beatificado por el Papa Juan Pablo II el 23 de junio de 1996, junto a más de 100 mártires de la Segunda Guerra Mundial.
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