martes, 2 de agosto de 2011

Lotte Reiniger, la gran dama de las siluetas


Sensible, inteligente, luchadora, creadora y musa de la vanguardia alemana. Con tarjetas de presentación menos valiosas se han forjado leyendas y Hollywood ha reescrito la Historia. Sin embargo, Lotte Reiniger (1899-1981), el sueño de cualquier mitómano, sigue siendo una gran desconocida.
Ella decía:"Las películas de siluetas tienen una técnica muy precisa. Sólo son necesarias unas tijeras, cartón negro, papel de calcar, hilo o alambre, algo de plomo, una cámara, bombillas, una placa de vidrio, madera para construir una mesa de fotografía y...mucha paciencia".
Cuentan quienes la conocieron que Charlotte Reiniger tenía un talento tan único y una personalidad tan amable, pacífica y humilde que era imposible no quererla. Quizás esa fue su perdición, porque ya se sabe que los buenos de la película no siempre se cuelgan medallas. ¿Su gran don? Recortar siluetas de papel como nadie. ¿Su logro? Elevar ese don a la categoría de arte y hacer en 1926, figura a figura, el primer largometraje del cine animado, con más de 300.000siluetas recortadas con tijeras, totalmente a mano, Las aventuras delpríncipe Achme. Efectivamente, la película que se lleva los laureles, la Blancanieves de Walt Disney, no llegaría hasta 10 años después.
Nacida en una familia alemana de clase media, su pasión por las marionetas y el cine la llevó a estudiar teatro y a codearse, siendo todavía una adolescente, con el meollo de la intelectualidad berlinesa de entreguerras.
Reiniger era un genio y su círculo social se extendía entre la élite intelectual europea, pero ella no se dirigía a ese tipo de público. Su tema favorito eran los cuentos tradicionales y su audiencia preferida, los niños. A ellos dedicó la mayor parte de sus creaciones. Melómana apasionada, hizo bailar sus siluetas al copás de infinidad de óperas, como Carmen, La flauta mágica, Cosi fan tutte y Las bodas de Fígaro.
Mucho antes de que llegaran las fotocopiadoras, los ordenadores y los efectos especiales, Lotte Reiniger logró que el papel se moviera y que lo hiciera con una poesía y delicadeza difíciles de igualar.
Sin embargo, pese a sus logros apabullantes, la belleza de su trabajo y sus interesantes conexiones con el mundo de la cultura, la figura de Lotte Reiniger sigue siendo una gran desconocida.
Su gran pecado fue ser mujer y, además, ser como era: extremadamente humilde y discreta. Sus amigos Visconti, Jean Renoir o Bertolt Brecht la admiraron y la consideraron un gran genio, pero ella pasaba de todo eso.

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