sábado, 10 de diciembre de 2011

Vientos de agua

Vientos de agua se ha convertido sin duda en una de las mejores series que he visto en mi vida.
Son muchos los motivos que me llevan a esta conclusión. Para empezar un reparto realmente notable que incluye a Eduardo Blanco, Marta Etura, Angie Cepeda, Pilar Punzano, Bárbara Goenaga, Caterina Murino y Rubén Ochandiano. Mención especial me merece un actor argentino desconocido hasta ahora para mí llamado Pablo Rago, el cual interpreta de una manera absolutamente entrañable el papel de un inmigrante húngaro llamado Juliusz.
Habría que añadir a Hector y Ernesto Alterio, los cuales realizan el mismo papel, sólo que con 70 años de diferencia ya que el argumento trata de un joven asturiano, Andrés, que en 1934 ha de emigrar por una desgracia a Argentina donde tendrá que construir una vida totalmente nueva. De ahí se irán recreando los años 30, 40 y 50.
En cada capítulo, y a través de constantes flashbacks y flashforwards también vemos cómo en la Argentina de comienzos del siglo XXI un arquitecto cuarentón llamado Ernesto (Eduardo Blanco), el hijo de Andrés en realidad, sufre las consecuencias del corralito y ha de realizar un viaje inverso al de su padre, marchándose a Madrid a buscarse la vida.


Ambas historias van progresando y las analogías trazan un retrato del siglo XX cruzando numerosas tramas sociales (la inmigración, las consecuencias del racismo) y políticas (el Franquismo y sus consecuencias, la lucha republicana desde el extranjero, una interesantísima trama sobre nazis emigrados a Suramérica). Sin darte cuenta vas poco a poco enredándote en las dos historias: la de Andrés (personaje contradictorio por ser adorable y canalla a la vez), su familia (su hermana maqui, su mujer pianista) y sus amigos (el anarquista que borda Ochandiano, el amor inquebrantable de Juliusz hacia su mujer); y la de Ernesto (simpático y bonachón pero también altivo y racista a ratos), su matrimonio, que se va quebrando a causa de la distancia, su compañera de piso, sus amigos inmigrantes, sus problemas para legalizar su situación en España, etc.




El último motivo para recomendaros Vientos de agua es que detrás de ella está Juan José Campanella, que tiene en su currículum películas como El hijo de la novia, El mismo amor, la misma lluvia y su obra maestra: El secreto de sus ojos. Para algunos, Campanella realiza un cine pastelón y demasiado emotivo pero yo no estoy de acuerdo. Me parece que trata historias desde un punto sentimental pero no sentimentalista porque sabe calibrar la narración para tocar temas profundos y extraer el máximo

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