miércoles, 22 de febrero de 2012

Ilse Koch apodo de La bruja de Buchenwald o la perra de Buchenwald.












































Ilse Koch, con el nombre de nacimiento Ilse Köhler (22 de septiembre de 1906 – 1 de septiembre de 1967), esposa de Karl Koch, el comandante del campo de concentración de Buchenwald desde 1937 hasta 1941 y Majdanek desde 1941 a 1943.
Ilse se dio a conocer especialmente por las acusaciones de crear diversos objetos con la piel de los prisioneros caracterizados por distintos tatuajes.
Nació en Dresde, hija de un labriego. Ilse se convirtió en secretaria de los nazis y fue personalmente elegida por Heinrich Himmler, jefe de las SS y de la Gestapo, para casarse con Karl Koch, su ayudante principal. Con el tiempo, Karl es nombrado coronel del campo de concentración de Sachsenhausen, construido en las proximidades de la ciudad capital.
En 1936 Karl e Ilse contraen matrimonio.
En 1939, Karl es ascendido a Coronel del campo de concentración de Buchenwald, uno de los primeros y más grandes del régimen nazi. Además también era conocido por ensayarse diversos métodos de experimentación médica con los prisioneros. Ilse aplico diversas técnicas de castigo y tortura, ganándose una fama de sádica.
En 1945, ante la cercanía de las tropas de la Unión Soviética, huye al lado Este de Alemania. Dos años después es capturada y encarcelada durante los juicios de Dachau. A pesar de que piden su ejecución, se le condena a cadena perpetua con trabajos forzados. En 1951, el general estadounidense Lucius D. Clay le concede la libertad por insuficiencia de pruebas. En cuanto salió de la cárcel es nuevamente arrestada, juzgada y condenada a cadena perpetua por otros cargos. Sin embargo el cargo de haber asesinado prisioneros para fabricar objetos con su piel es nuevamente desestimado. El fiscal que le acusó en el juicio, dijo: "Fue uno de los elementos más sádicos del grupo de delincuentes nazis. Si en el mundo se oyó un grito fue el de los inocentes torturados que murieron en sus manos".
Koch ante el Tribunal Militar Internacional de Dachau (1947).
En 1967, desde la cárcel de Aichach, escribió a su hijo una carta donde no manifiesta remordimientos ni la menor pena por los crímenes que supuestamente habría cometido. A los sesenta y un años Ilse Koch ató varias sábanas, las sujetó de la lámpara que colgaba encima de su cama y se ahorcó. En su última carta escribió: "No hay otra salida para mí, la muerte es la única liberación".

3 comentarios:

  1. Debieron haberla dado libertad como a muchos condenados a cadena perpetua, que fueron liberados en los años del l955.

    ResponderEliminar
  2. Pues bien hecho lo del suicidio. De esa manera, se fue derechito al infierno de donde procedía. Por toda una eternidad seguirá sufriendo los maltratos y abusos que ella misma propinó. Bien hecho.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar