Cuando hace exactamente seis años Mattanya Cohen fue designado embajador de Israel en El Salvador, no imaginaba que iniciaba algo más que una misión diplomática en Centroamérica. En y desde San Salvador, Cohen se convirtió en el embajador de un salvadoreño que nunca dio demasiada importancia a lo que hizo. E hizo mucho. Como cónsul general en la neutral Ginebra (1942-45), el coronel José Arturo Castellanos salvó a miles de judíos del horror nazi. Las cifras van de los 20.000 a 40.000. En 1977, falleció sin imaginar que varias décadas después sería homenajeado y conocido también como "el Schindler salvadoreño".
CastellanoCastellanos Castellanos firmó certificados de ciudadanía a judíos, básicamente, de Hungría, evitando que acabaran calcinados en los campos de exterminio. Una intervención vital que realizó de forma discreta poniendo en juego su carrera diplomática ya que contradecía al entonces presidente salvadoreño, el general Maximiliano Hernández Martínez, proclive al nazismo.
"Es importante que el mundo y sobre todo Israel y El Salvador tenga un amplio conocimiento sobre este Justo entre las Naciones", nos dice Cohen en alusión al titulo concedido en julio del 2010 por el Museo del Holocausto de Jerusalén. El reconocimiento que unas 24.000 personas (en su mayoría de Europa) no judías han recibido por arriesgar sus vidas o carreras para salvar la vida de los judíos del yugo nazi.
José Arturo Castellanos
"Teníamos documentos pero necesitamos una prueba filmada para demostrar a Yad Vashem que Castellanos salvó miles de judíos sin recibir nada a cambio. Tuve la suerte de entrevistar al profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Yitzhak Meir. Durante la Segunda Guerra Mundial tenia 18 y sobrevivió al Holocausto gracias a Castellanos. Su prueba fue esencial para ser un Justo entre las Naciones", explica Cohen.
Gyorgy Mandl, un empresario rumano judío que había hecho amistad en Ginebra con el diplomático centroamericano, fue clave. Castellanos le nombró primer secretario en el consulado para evitar la deportación de toda su familia al campo de exterminio de Auschwitz. Un cargo inventado en la imposible realidad que requería de iniciativas originales. Soluciones creativas contra la solución final planeada por Adolf Hitler para los judíos.
Por motivos de seguridad, Mandl cambió su nombre a uno más hispano, Mandel-Mantello. Con la invasión nazi de Hungría, se la maquinaria nazi aceleró la deportación de judíos a la muerte. Mandl pidió a Castellanos que tramitará más documentos para salvar más vidas El gesto personal hacia un amigo y su familia se convirtió en un rescate masivo. "Los números no se conocen de forma exacta entre otras cosas porque los documentos fueron enviados a personas y familias. Oskar Schindler salvó a 1200 judíos. Evidentemente salvar una persona es salvar un mundo pero aquí estamos hablando de decenas de miles salvados por este héroe salvadoreños", explica Cohen que recuerda que entre los seis millones de judíos asesinados, se encontraba casi toda la familia de su abuela.
Miles de documentos con el membrete oficial de El Salvador (básicamente enviados a Budapest) hicieron el milagro. No era un pasaporte o carnet de identidad sino algo más importante. El ansiado billete que les alejó de los temidos trenes y las cámaras de gas.
Cohen con la hija del diplomático salvadoreño en el monumento de los Justos entre Naciones (Museo del Holocausto Yad Vashem).
El Cónsul Honorario de El Salvador en Israel, el Dr. Menashe Rosenfeld, no oculta su emoción al hablar de Castellanos. No sólo porque la conversación esta semana se mantiene en el Día del Recuerdo el Holocausto que conmemoró Israel y la diáspora judía. Como uno de los principales artífices para que el mundo reconozca al diplomático centroamericano, Rosenfeld intenta ahora que una calle o plaza lleve su nombre en Israel. En San Salvador, ya dispone de una avenida céntrica.
"Simplemente se lo merece. Es lo mínimo que se puede hacer para mantener su memoria y reconocer sus actos", nos explica. Según él, "fue muy importante que El Salvador permitiera abrir sus archivos públicos de los eventos entre el 43 y 45".
Rosenfeld, con su esposa y la hija del diplomático salvadoreño.
Rosenfeld y Cohen se reunieron hace un mes y medio en el Museo del Holocausto con Frida, la hija de Castellanos. "Es increíble pero sólo tres años antes de la muerte de su padre, Frida se enteró. Cuando le preguntó por qué no le había contado antes nada sobre una acción tan noble e importante, le contestó: ´Hice lo que cualquier otra persona hubiera hecho´".
le dejo el enlace de la página en honor al Coronel Castellanos
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