Cicatrices de la Memoria
La historia de un niño escapando a través de los caminos de la Segunda Guerra Mundial.
Proveniente de una familia de judíos sefaradíes Roman Danon nació bajo el nombre de Albert el 1º de enero de 1935 en Estambul, Turquía, al muy poco tiempo se trasladó junto a sus padres a Bijeljina en el centro de la ex Yugolslavia (hoy Bosnia-Herzegovina).
Una vez en Israel, luchó, siendo un adolescente, en las primeras batallas antes del nacimiento del Estado de Israel. Luego se desempeñó en diversos trabajos como electricista o jardinero hasta que con sus 17 años cumplidos entró en el servicio militar donde fue soldado, cabo primero, sargento, oficial hasta integrarse a un comando de paracaidístas, llegando a tener hasta 120 hombres a su cargo.
En 1957 recibe una carta de su abuela en la que le cuenta que su madre había sobrevivido a la Shoá y que vivía en Argentina. Desde entonces está radicado aquí y ha desempeñado la profesión de matarife y comercio de hacienda. Es padre de dos hijos, Guido y VAnesa y tiene cuatro nietos, Fausto, Agustín, Melina y Magalí.
Dice Román:
“Tendría que empezar revelándoles mi nombre. Por ahora pueden llamarme Román. “El hombre que engañó a la muerte”, como han dicho algunos diarios. Sin embargo, cuando nací me pusieron Albert. También he sido Omar, Leonardo, Justo. En fin: en cierto sentido, fui muchas personas a lo largo de mi vida ¿Raro? Tal vez. Pero dejen que les cuente que fue lo que pasó. Tengo la necesitadad espiritual de hacerlo.
Durante mucho tiempo evité estos recuerdos que ahora me animo a recuperar. Se me presentan como flashes, piezas que al principio me cuesta ubicar y que poco a poco se van acomodando para completar mi historia. Algunas cosas tengo claras, desde luego. Nací en Estambul, me trasladé con mis padres a Bijeljina, es Yogoslavia (hoy Bosnia-Herzegovina). Éramos judíos sefardíes, como otras ciento cincuenta familias que habitaban la zona.
En 1941 el ejército nazi llegó a mi barrio. Ayudados por la Ustacha, una organización croata que reproducía las perores prácticas del fascismo, los alemanes demolieron mi infancia y lo que hasta ese momento había sido mi patria. Yugoslavia fue sojuzgada en cuestión de días, y debí escapar sin equipaje ¡y con sólo 7 años! por los cruentos caminos de la Segunda Guerra Mundial.
Este libro es el relato de la travesía que me trajo hasta aquí.”
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